No sientas pena por mí. Ni melancolía, ni nada. No quiero que te compadezcas ni que me intentes consolar con tus absurdas palabras.
Solo quiero que te vayas. Que te vayas lejos, con tus frases de ánimo, y que me dejes a mi, solo, con mis pensamientos.
No te quiero. Ya no.
Vete, no te necesito. Ya no.
Sino me has oído bien, te lo repito. Ahora soy libre de hacer lo que quiero. No te necesito... ¡NO TE NECESITO!